viernes, 15 de agosto de 2008

La raquítica cosecha

Mucho se ha hablado a últimas fechas en referencia al pobre desempeño de México en los Juegos Olímpicos de Beijing. Las opiniones varían y lo único cierto es que poco antes de que transcurra la mitad de estos juegos, la cosecha para los atletas mexicanos es de una medalla de bronce.

Y habrá que reconocer que fue un esfuerzo absolutamente individual de las clavadistas Paola Espinoza y Tatiana Ortíz, ya que por más que mucha gente quiera obtener un poco de gloria olímpica al colgarse de su medalla, nadie tiene el mérito más que ellas ante los raquíticos apoyos que reciben por parte de las autoridades respectivas.

Sin embargo queda en forma personal una "espinita"...

He leído y escuchado infinidad de comentarios llevando esta presea a grado de casi heroínas nacionales y creo que no es para tanto. Cierto, ante la pobreza de calidad de la delegación mexicana, ¡un poco de gloria sabe más que a oro! ¡A diamante! ¡A rubí!, pero no deja de parecerme que ellas fueron víctima de sus propios errores al tener en sus manos y totalmente alcanzable la medalla de plata, la cual perdieron por desconcentración y nerviosismo en el que cayeron a la "hora buena".

Lo anterior refuerza la base de que el apoyo recibido es prácticamente nulo por parte de los organismos encargados del deporte en nuestro país, sin embargo también lo es de que ellas pudieron hacer mucho más, y producto de la fragilidad de carácter, la presión hizo mella y las condujo hasta un bien ganado bronce, muy meritorio, pero que también deja la sensación de haber estado cerca de más.
El anterior caso es muy parecido el día de hoy al del competidor de Tiro con Arco, Juan René Serrano, el cual se quedó en cuarto lugar dentro de su competencia y por tanto fuera del pódium. Al final declaró que su peor enemigo en el momento decisivo fueron "los nervios".

En relación con los competidores mexicanos, muchos comunicadores y público en general se indignan cuando los atletas son criticados por declarar que a Beijing iban únicamente a "superar su récord personal"... ¿pues entonces a qué fueron hasta allá? Si solo querían superar su récord personal, ¡mejor que no viajen tan lejos! Y otra "excusa" recurrente de los defensores de oficio de atletas mexicanos en desgracia: "¿y a poco tu eres de los mejores 50 del mundo en la actividad que desempeñas?" No lo sé, seguramente no. Pero lo que sí sé es que con ese argumento se les fomenta la mediocridad. Se les enseña a quejarse sin actuar y se les solapan metas tan cortas como superar sus propias marcas... o las marcas nacionales, habiendo deportes en los que el récord mexicano es de verdadera vergüenza.

Y en cuanto a las razones comentadas por los atletas respecto a nuevamente haberse quedado en el clásico y muy mexicano "ya merito", en relación a los "nervios" durante los momentos cumbre... ahí están reconociendo que tuvieron deficiente preparación psicológica (nada nuevo). Pero también que no es falta de capacidad, de técnica, de ejecución, desconocimiento de reglas ni nada por el estilo, como mucha gente piensa, sino más bien es algo mucho más trivial y común, me atrevería a decir que detectado hace ya decenas de años... la falta de templanza y mentalidad ganadora.

jueves, 7 de agosto de 2008

¡¡Es la boda... ya los locutores, lo saben, lo saben!!

¿Así o más larga la ausencia?
Para todos mis fanáticos, pueden apagar las veladoras... pueden empezar las peregrinaciones de rodillas a la basílica... pueden dejar por fin tranquilo a San Charbel... no más llamadas por favor a Locatel... ni a hospitales, penitenciarías, comandancias de policía, morgues, antros, bares, cantinas, piqueras, toreos, tugurios, tables, moteles, auto-hoteles, ni nada que se le parezca.

Todo lo anterior por un sencillo motivo... ¡He regresado! Jeje se que los he tenido extremadamente preocupados, pero tranquilas mis queridas ovejas, el pastor sigue en pie.

Luego de la intempestiva presentación, he de anunciarles que reiniciamos la Segunda Temporada del Blog porque ya era tiempo y también por existir un tema que me animó a escribir. Y ese tema es... la boda de la niña que fue lo que podría considerar como primer amor.

Breve historia. Ambos en la misma carrera, primer semestre. Clásico. Ella no era de aquí y pues con su belleza física y forma de ser inocente al igual que yo (en ese entonces, claro!! jeje) me hizo interesarme absolutamente. Estuvimos casi todo ese semestre juntos, sufriendo ambos, ella por estar lejos de casa por primera vez y yo por... pues por solidaridad jejeje. Alguna vez incluso dentro de esos tiempos, me invitó a su casa paterna a la cual fui con un primo... la verdad es que excelente su familia. Nos trató de primera aun y cuando "formalmente" solo eramos amigos esta niña y yo (pensándolo bien, tal vez por eso nos trataron así!!).

Terminó ese semestre y me la pasé añorándola ese diciembre... hasta que en enero llegó y todo había cambiado... ya parecía más segura, más dispuesta a conocer el mundo que le rodeaba y no solo a un servidor y pues nada, que al intentar definir si podríamos ser "oficialmente" algo más que amigos, su respuesta fue un "no" intentando ser sutil, que más bien me pareció hasta infantil.

Y bueno, como ustedes imaginarán me tuve que aguantar ese y otros 6 semestres más ya que éramos compañeros de salón y no había de otra. En esos momentos pensé que sería terrible, y más cuando en tercer semestre supe (y vi) que ya tenía novio... uno o dos años mayor, también estudiante de la carrera. Fue complicado. Pero por alguna extraña razón (tal vez porque fui jefe de grupo un buen rato y este individuo me veía de argüendero en el salón de su novia) él me trataba muy bien! Cuando nos topabamos en donde fuera (incluso en la calle), ponía su mejor sonrisa Colgate y me saludaba... y con el tiempo ya incluso sumamente amistoso. Jeje sin duda esto facilitó ampliamente mi proceso de duelo y logré superarlo rápidamente casi hasta el punto de que en 4° semestre ya me daba gusto verlos juntos (mhh bueno igual en ese momento inicié con otra relación turbulenta de la que les platicaré en 2 semanas).

Transcurrió la carrera sin inconvenientes y me acostumbré a verlos, sin afectarme en realidad dicha situación hasta que nos dejamos de ver porque ella se fue a una ciudad norteña a continuar con el Internado, periodo en el cual supongo que terminó su relación con este agradable "socio" jeje.
Esporádicamente nos encontrábamos ella y yo por messenger, algún correo electrónico... en fin, todo bien y superado. Supe que durante su estancia por allá inició una relación con algún colega y hasta la fecha seguía.

Esto es que hace un par de semanas aproximadamente recibí un correo de esta chica en el que me invitaba, junto con algunos compañeros más, a su próxima Boda la cual será celebrada el día de mañana en su lugar de origen, aquel donde algún día fui con mi primo... ou mai god.

Y conociéndome, sabiendo como pienso... ¿creen sinceramente que iré, considerando que ella fue la primer persona con quien el corazón latió fuerte, con quien sufrí hombro a hombro y que incluso me bateó de una forma sutil pero salvaje (se oyó como de Animal Planet)?

Pues... ¡CLARO! Por supuesto que ahí estaré. Después de muchos años en el negocio de la vida me he podido dar cuenta de ciertas situaciones, entre ellas que por más que te agrade una persona, puede ser que ella no sienta lo mismo por ti, y no por eso está mal. Al contrario. Vale más (un buen amooooor... que mil costaaaales de ooooooroooooo!! Ajua! jaja) su apertura e intención de mantenerse cerca. Dicen que una de las fiestas que es para presumir por parte de los contrayentes, son las bodas. Pero más que eso yo quiero creer que me ha considerado una persona lo suficientemente cercana (decir importante me parece vanidad) en su vida como para hacerme partícipe de este evento trascendental en el ámbito personal.
Qué gusto (y no dicho de la manera frecuentemente hipócrita) el poder estar en ese momento cerca, junto con algunos amigos mutuos.

No sé si está bien o es inadecuado, y la verdad no es algo que me resulte importante descubrir. Finalmente creo que de eso se trata... de que si esa persona que fue importante para mí ahora tiene la posibilidad de ser feliz, qué bien! Un gusto para mí y mucho más para ella. El evento bien valen las 5 horas de camino hasta allá en un viaje relámpago de 2 días.

Así que espero leas esto mi estimada N y sepas que aunque tendré la oportunidad de hacerlo mañana, quiero desde hoy desearte un matrimonio lleno de éxitos en todos sentidos. Que tengas la oportunidad de ser muy feliz y que me siento distinguido al poder ser parte de un evento como el que habrá mañana. FELICIDADES!

jueves, 15 de mayo de 2008

Los que fomentan la violencia

Meditando el día de ayer quise poner a su consideración un tema recurrente y a la vez preocupante, en el que poco se hace énfasis para su corrección y más bien resulta parte fundamental de muchos problemas. Me explico.

Cuando somos escolares y estamos en la primaria, por ejemplo, regularmente no falta el niño violento y el que es blanco de todos los actos denigrantes físicos y psicológicos. Todo esto va desde los golpes (sí, me parece lo menos grave en este caso) hasta las burlas, mofas e intenciones de golpear severamente la autoestima del sujeto abusado.

Hasta aquí con lo anterior, todo resulta dentro de lo que cabe "normal" para la cadena de supervivencia de los seres vivos. Digamos que "el valiente vive hasta donde el cobarde quiere". Pero en estos momentos entran otros actores fundamentales en los sucesos: los que siguen el juego del abusador.

Poca gente tan negativa hay en esta vida como ese tipo de personas, las que aunque se mueran de miedo, por conveniencia o por simple forma de ser prefieren aplaudir, festejar y por tanto fomentar las actitudes abusivas que mejor y en cambio al menos ignorarlas. Resulta algo obvio y ofensivo a la vez darse cuenta que la gente que le gusta y pretende imponer su ley, muchas de las veces no lo hace ni siquiera por placer propio, sino más bien para que los demás se den cuenta de su "poder" y peor aun, por creer que en realidad es agradable o gracioso denigrar a un tercero.

En mis épocas escolares tuve la fortuna de no ser (más que muy ocasionalmente) blanco de ataques por parte de los individuos mencionados, sin embargo me tocó ver a gente cercana a mí que era víctima de estos seres. Y ahí es donde hacían su "mágica" labor los entes aquellos que solo sirven de provocadores, que azuzan al troglodita con sus risas empáticas y frases de aliento para seguir martirizando a un pobre infeliz que por lo regular no daba el más mínimo motivo para ser abusado.

Pero obviamente no solo en las escuelas se presenta el fenómeno, ¡claro que no!, también está en la vida diaria de manera muy común. Otro caso particular es aquel de los adolescentes "emo" que si bien tampoco son un ejemplo a seguir, su pecado es ser y pensar diferente a la gente "normal y bonita".

Cuando alguien abusa de un emo, niño, niña, homosexual, tonto, americanista, loco, retrasado mental, paria, vagabundo, enfermo, depresivo, masoquista, mujer, melancólico, pelón, feo, inexperto, extranjero, narizón, torpe, o cualquier integrante de la fauna urbana, y junto a estos se encuentra un tercero que aprueba mediante comentarios o actitudes dicha agresión, entonces así como en medicina, se forma la "triada" y por tanto se fomenta la conducta cavernícola de los agresores.

Vergonzoso. Evitemos ser quienes fomentan la violencia.

miércoles, 7 de mayo de 2008

El Tren de los Momentos

Imparable, sencillamente imparable!! Jeje.
Luego del tour a fines de diciembre pasado por las playas de Acapulco, en esta ocasión tuve la oportunidad de ausentarme nuevamente de este espacio para visitar ahora el otro lado de la república... las playas de Tampico. Rápidamente les comentaré, para los que no conocen por aquellos rumbos, que es un lugar muy bonito y lejos completamente de los comentarios que muchas veces se hacen respecto a su deficiente limpieza por ser un área netamente petrolera. Nada de eso. Todo muy bien, la playa limpia (mucho más que la de Acapulco) y la arena realmente finita. Tal vez lo único que haría falta es explotar más el turismo como actividad, ya que cuentan con las condiciones y el potencial para hacer muchas cosas, sin embargo parecen los pobladores y gobierno tamaulipeco más preocupados por la industria petrolera... que es importante, sin duda, pero habría que tomar en cuenta ambas.
Como recomendación para el día que acudan, si es que lo hacen desde Hidalgo o el DF tomen la ruta por Poza Rica!! De ida así lo hicimos (con mis padres). De regreso e intentando hacer más amplio el tour, pasamos por Huejutla y la carretera desde allá es terrible y exageradamente curveada!!
Bien, ya habiendo hecho un mini-relato, les cuento el tema que el día de hoy me ocupará. Desde el título, clara alusión al nombre de la gira de Alejandro Sanz, se podrán dar idea.

Hace una semana y media tuve la oportunidad de conversar amplio y tendido con un tío (primo de mi papá) que vino a Pachuca. El es del DF, egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Es de los tipos que te caen bien... me agrada poder conversar con el. Aunque como todo filósofo, de pronto tiene ciertas ideas muy profundas y subjetivas, por lo regular es un tipo bastante centrado y dispuesto a comentar sus experiencias y opiniones... más que como consejos (creo que contadas personas pueden atreverse a dar un "consejo"), más bien son comentarios. Experiencias, insisto.

Mencionabamos lo relativo a las cuestiones sentimentales. Las ideas fueron surgiendo intempestivamente y de manera amplia y abundante, pero lo que más me interesa platicarles es su firme opinión respecto a la conveniencia de vivir en el aspecto sentimental como prefieras, pero a la vez dándote la oportunidad precisamente de eso: de VIVIR.

Coincidíamos en que ambos tenemos amigos que desde muy jóvenes formaron una familia. Muchos, tal vez exageradamente, no han logrado éxito en sus relaciones. Cierto, no es una regla, pero en la actualidad una unión a muy temprana edad tiene altas... altísimas probabilidades de fracaso a corto o ya cuando mucho a mediano plazo.

Me decía también que estoy cerca de llegar a la edad (27 a 33 aprox) en la que surge una "crisis existencial"... "¿y si se me está yendo el tren?"... "¿no será ya tiempo de casarme? La mayoría de mis amigos y conocidos lo han hecho"... "mis hijos me van a decir "abuelo" sino!!"... y una serie de ideas que no hacen más que confundirte, pero son parte de esta etapa.

Influye mucho obviamente lo que cada uno pretende para su propia vida, sin embargo hay gente cercana a el mencionado tío, de su generación y grupo de amigos (personas de poco más de 35 años), los cuales en su momento y al no estar seguros de hacerlo, no "cayeron en la tentación" de involucrarse en una relación incierta y habiendo pasado la etapa de "crisis", ahora están más seguros que nunca de lo que planean y lo que quieren, y en cambio a su vez menos desesperados que nunca por hallar a su alma gemela... más bien simplemente se encuentran abiertos a posibilidades.
Como he comentado, nada de lo anteriormente expuesto y opinado es regla. Sencillamente tal vez lo que a ellos les ha funcionado, a cualquier otra persona podría haberle creado un vacío y sentimiento de soledad inmenso. Depende mucho de lo que pretendes para tí y tu vida. De tu forma de ser, de tus proyectos, de tus sentimientos e incluso hasta de las circunstancias.

Sin embargo y no cerrándome a ninguna de las posibilidades presentes, pasadas o futuras... tal vez lo que él comenta no esté tan alejado de lo que a un servidor le gustaría para su propia vida.

¿Y tú qué opinas? ¿Crees que estás tomando a tiempo el Tren de los Momentos?
Saludos!!

jueves, 24 de abril de 2008

Una perspectiva distinta

Ahora que la polarización está en pleno y los que protestan, con buenos o malos modos son poco menos que el anticristo y merecerían que los quemen como brujas según el santo, bueno, honesto, casto y puro López-Dóriga, sería bueno echarle una revisada a un artículo de un economista y sociólogo llamado Jorge Zepeda Patterson, publicado en el periódico Universal del día 20 de abril del presente año.
Espero nos sirva para tener más información y por tanto una opinión mejor, sin dejarnos influenciar únicamente por lo que dicen las televisoras. A continuación transcribo íntegro el artículo del autor mencionado:


¿Qué hacemos con López Obrador?


Ciertamente no es Hitler o Mussolini, pero es sorprendente la capacidad que tiene López Obrador para provocar ronchas a muchos ciudadanos, particularmente entre los sectores conservadores. Una y otra vez reaccionan de tal manera que terminan por vigorizar la figura pública de El Peje.


El spot de televisión transmitido en horario triple A en que se le compara a Victoriano Huerta, Pinochet y similar calaña por haber ordenado tomar el salón de sesiones de la Cámara, es tan desproporcionado y abusivo que ha resultado contraproducente. Para El Peje ha sido oro molido, pues confirma la noción de que existe una suerte de conspiración de odio en su contra. De verdugo del Congreso ha pasado a ser víctima de la derecha todopoderosa.


No coincido con varias decisiones de López Obrador y me parece que su estilo de liderazgo deja mucho que desear. Pero estoy convencido de que AMLO y las causas que representa son absolutamente indispensables para la salud de la República. Cada vez que el tabasqueño habla en contra de las instituciones y convoca a la movilización, una legión de analistas y comentaristas se queja de su irresponsabilidad y primitivismo político. Como si se tratase de una anomalía trasnochada en una sociedad democrática. “Hay problemas pero estos deben resolverse mediante el diálogo”, se dice; “los bloqueos y tomas de instituciones no caben en una sociedad con estado de derecho”, se afirma, con la convicción que sólo podría tener un alemán o un sueco.


El problema es que no vivimos en un estado de derecho, ni los problemas se resuelven con el diálogo, salvo que usted pertenezca al 20% de la población de mayores ingresos. Todos los días miles de mexicanos humildes son víctimas de tribunales y autoridades que operan a favor del poderoso o del que ofrece más. Háblenle del estado de derecho a Lydia Cacho, a las víctimas de Ulises Ruiz en Oaxaca, a los campesinos que suplican a un funcionario que ya vendió su caso. Más que un Estado de Derecho lo que padecemos es “el derecho al Estado” del que gozan algunos sectores privilegiados. ¿Cómo podemos hablar de “someterse al imperio de la ley” cuando los que se enriquecieron con el Fobaproa, el mayor robo en la historia de la nación, lo hicieron legalmente?


La reforma energética ofrece el mejor ejemplo. Si López Obrador y sus contingentes no hubieran irrumpido con sus sudores y malas maneras (cito a un crítico) la reforma habría sido acordada entre futuros beneficiarios, funcionarios federales y legisladores priístas. Fueron los gritos y sombrerazos, las denuncias fundadas e infundadas de El Peje, lo que obligó a definir esta reforma en un espacio verdaderamente público.


No sé si al final de todo esto tendremos una buena reforma, pero estoy convencido de que será mejor de la que podría haberse firmado tras bambalinas. En todo caso habrá de ser más representativa del sentimiento de la comunidad en su conjunto y mucho menos cupular de la que tenían cocinada. ¿Qué no trata de eso la democracia? Desde luego, los métodos de AMLO no son democráticos, pero son comprensibles si consideramos que los acuerdos “democráticos” son los que tienen que pasar y ser resueltos por Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa a partir de los intereses muy poco democráticos que ellos representan.


Insisto en que los mexicanos tenemos todo el derecho de desconfiar de la apertura al capital privado, habida cuenta de la cantidad de abusos que han generado privatizaciones y concesiones en el pasado. Eso no significa que debamos satanizarlas per se. Podrían ser la única solución para el quebranto energético que se avecina. Pero el Estado mexicano hasta ahora ha sido incapaz de impedir los excesos y abusos de los grupos privilegiados cada vez que ha abierto al mercado ámbitos de la esfera pública. No es posible encarar la apertura de Pemex sin antes agotar la discusión de las maneras en que habremos de asegurarnos de que no se multipliquen los Carlos Slim o Roberto Hernández, o peor aún, los Bribiescas. Que tome 50 días o 100 ventilar estos asuntos es irrelevante si consideramos lo mucho que está en juego.


Es desagradable ver a los perredistas convertir la tribuna máxima en un tianguis. Pero, bien mirado, es un costo menor si ello obligó a examinar con atención el futuro del petróleo, nada más y nada menos que el mayor patrimonio de este país.


Hay un linchamiento mediático de López Obrador que muchos están “comprando”. Algunos se preguntan qué hacer con esta piedra en el zapato que constituye su movimiento. Yo diría que pese a su retórica y su populismo, López Obrador es imprescindible. No empareja el marcador pero impide la goliza. Lo peor que podemos hacer es pretender que la inconformidad social no existe. ¿Nos parecen de mal gusto sus expresiones? ¿Y de qué gusto son las inequidades e injusticias que padece la mitad más pobre del país? ¿Qué creíamos, que iban a votar cada seis años y sentarse a esperar a que llegue un empleo, un abogado honesto o un programa de gobierno?


López Obrador no representa a los verdaderos pobres del país, se dice con frecuencia. Quizá. Pero canaliza la irritación que entre muchos mexicanos genera esa pobreza. Su desconfianza hacia la apertura al capital privado es la desconfianza de muchos. Antes de lincharlo y repudiar sus métodos habría que escuchar lo que nos está tratando de decir esa república olvidada que intenta hacerse presente.




miércoles, 16 de abril de 2008

Informales y cobardes

No sé a cuántos de ustedes les pase o haya pasado, pero creo que una característica muy desagradable de la gente es no tener el valor para decirte las cosas que piensa, cree o quiere, de frente. Resulta entendible que no siempre sea posible definirte dentro de los aspectos antes mencionados debido a las consecuencias que puede acarrear, que en ocasiones son realmente duras, sin embargo es mejor ser francos que decir cosas a espaldas de la gente... o peor aun, no decirlas.
Es comprensible, yo mismo sería un hipócrita si en esta oportunidad sugiriera ser 100% sinceros. Esa es una característica utópica e irrealizable de un ser humano. Pero lo que sí me parece mejor es decir ciertas cosas en su momento y evitar las informalidades y contradicciones.

Por ejemplo, en estos momentos me encuentro en proceso de venta de mi laptop (alguien se interesa?? jeje). La anuncié en un periódico local y entre otras existió una persona que estaba aparentemente muy interesada e incluso insistiendo por medio de llamadas a mi teléfono celular para poder verla.

Pues bien, era un individuo de unos 45 años aproximadamente que decía no conocer mucho de computación, profesionista y actualmente realizando un estudio de posgrado. Un uso elemental era el que le daría. Todo bien hasta ahí. Después de mil preguntas, aclaraciones, pruebas, etc., quedó formalmente de acudir al día siguiente por la mañana y con el dinero, para llevarse la computadora. Yo no iba a estar al encontrarme en el trabajo y bueno pues para no hacer muy largo el cuento, no fue. Por un momento pensé que habría entendido mal y que en realidad acudiría a la misma hora convenida, pero por la noche... ¿y qué creen? Pues sí, no llegó. Al llamarle (según esto era tan formal todo que hasta su nombre y teléfono me dio), me comentaba que no le fue posible acudir (¿a poco?? :S) y que pues la verdad hablando con algunos familiares le habían dicho que era un poco cara...

Cierto, está en su derecho de arrepentirse y comprar lo que le parezca más adecuado para su bolsillo o necesidades, sin embargo ¿para qué entonces hizo trato muy formalmente si iba a necesitar que le dijeran qué hacer? ¿por qué no tuvo la delicadeza de llamarme y comentar que no acudiría? Dispuso del tiempo de un familiar, que es el que le haría entrega de la lap y eso no se vale.

Y ejemplos así, sobran. Desafortunadamente no ha sido raro tener que convivir con gente de este tipo. Incluso en el hospital, cuando era Interno, estando en el servicio de urgencias en ocasiones teníamos algunos minutos disponibles poco antes del mediodía para comer algo en la residencia. Acudía con permiso del médico adscrito con el que estuviera rotando y cuando este pedía que me localizara algún compañero del mismo servicio (sobre todo 2 en particular con los que según yo no tenía problemas), le hacían notar mi ausencia haciendo comentarios poco favorecedores para un servidor.
Total, como dije respecto al primer caso, el de la venta de la lap. ¿Por qué no tener la delicadeza de avisar que te arrepentiste? No pedía sinceridad, tal vez ninguna explicación o simplemente una mentira, pero avisar!!! Y respecto al segundo caso, cuando era interno, sin duda que cuando no tengas nada qué decir de una persona, mejor cállate! O dilo enfrente de ella! Porque luego resultaba que al enterarme de que me estaban "echando tierra", investigaba y preguntaba a los directamente responsables y los muy mariquitas negaban todo haciéndose pasar casi casi como santos e incapaces de tales atrocidades...

Así que bien. Si sabes que no tendrás el valor de reconocer lo que has dicho o hecho, entonces mejor ¡abstente de siquiera intentarlo!

miércoles, 9 de abril de 2008

¡Maldita sea!

A riesgo de parecer más que un blog, el portal de quejas y lamentos, me gustaría compartir con ustedes, mis millones de lectores (el contador se multiplica por mil ¿no? je) un suceso acontecido en relación con el tema publicado la semana anterior.
En verdad que tenía intenciones de tratar alguno de varios temas que ya había contemplado, sin embargo... bueno, empecemos.

Es bien sabido que resulta imposible obtener absolutamente todo en la vida. Para los que me han hecho el favor de leer esta fina literatura apenas comparable con El Libro Vaquero en la cual se plasman las ideas de un humilde pero sincero servidor, recordarán que alguna vez comenté sentirme afortunado por la vida que tengo. No es presunción ni mucho menos, sólamente que no concibo ser un mártir y creer que la vida me ha dado de latigazos y tratado mal tanto como ha podido. No. La verdad es que he sido bien tratado y he recibido y "pagado" en forma digamos equitativa.

A veces, en días como hoy es inevitable cerrar los ojos, levantar la cara y apretar los puños mientras haces inhalaciones y exhalaciones profundas. A grandes rasgos, luego de terminar el Diplomado en que me encontraba y haber hecho los trámites para certificación en el área en la cual me desempeño, surgió una muy interesante oportunidad de trabajo. Todo muy bien en la entrevista en el DF, todo muy bien en la entrevista aquí. El único pero es que me quedé esperando la llamada para una segunda entrevista. Al indagar en la empresa, supe que un servidor era el candidato que más les había gustado y solo por políticas de la empresa deseaban entrevistar a algunos otros. Para no hacer más larga la historia, llamé hoy a la agencia de empleo subcontratada por la empresa y recibo noticias... el puesto dejó de estar vacante. Ya contrataron a otra persona.
Tal vez hasta ahí suene de lo más normal, todo embona: Vas y pides un empleo, te conviertes en candidato, te entrevistan y te dicen que eres el mejor y luego pues contratan a alguien más... Mmhh no sé, por salud mental deberé pensar que llegó otro mejor candidato y no que fue una extraña maniobra. Y si así fuera, ¿ya qué?

Parece esto ser muy poco como para quitar el sueño y posiblemente muchos de ustedes me dirán exagerado, pero me he preguntado ¿Qué más se requiere? Sucede como cuando quieres comprar un coche. Cuando tienes $30,000, quieres uno de $50,000; ya que reúnes los $50,000, te das cuenta que ahora necesitarías $65,000... no sé, como que tengo un poco de incomodidad, impotencia y hasta cierto coraje. Y el problema es que no hallo exactamente contra qué o contra quién... simplemente es por una oportunidad perdida. ¿Te ha pasado?

¡¡Maldita sea!!