viernes, 15 de agosto de 2008
La raquítica cosecha
jueves, 7 de agosto de 2008
¡¡Es la boda... ya los locutores, lo saben, lo saben!!
¿Así o más larga la ausencia?jueves, 15 de mayo de 2008
Los que fomentan la violencia
Meditando el día de ayer quise poner a su consideración un tema recurrente y a la vez preocupante, en el que poco se hace énfasis para su corrección y más bien resulta parte fundamental de muchos problemas. Me explico.Hasta aquí con lo anterior, todo resulta dentro de lo que cabe "normal" para la cadena de supervivencia de los seres vivos. Digamos que "el valiente vive hasta donde el cobarde quiere". Pero en estos momentos entran otros actores fundamentales en los sucesos: los que siguen el juego del abusador.
Poca gente tan negativa hay en esta vida como ese tipo de personas, las que aunque se mueran de miedo, por conveniencia o por simple forma de ser prefieren aplaudir, festejar y por tanto fomentar las actitudes abusivas que mejor y en cambio al menos ignorarlas. Resulta algo obvio y ofensivo a la vez darse cuenta que la gente que le gusta y pretende imponer su ley, muchas de las veces no lo hace ni siquiera por placer propio, sino más bien para que los demás se den cuenta de su "poder" y peor aun, por creer que en realidad es agradable o gracioso denigrar a un tercero.
En mis épocas escolares tuve la fortuna de no ser (más que muy ocasionalmente) blanco de ataques por parte de los individuos mencionados, sin embargo me tocó ver a gente cercana a mí que era víctima de estos seres. Y ahí es donde hacían su "mágica" labor los entes aquellos que solo sirven de provocadores, que azuzan al troglodita con sus risas empáticas y frases de aliento para seguir martirizando a un pobre infeliz que por lo regular no daba el más mínimo motivo para ser abusado.
Pero obviamente no solo en las escuelas se presenta el fenómeno, ¡claro que no!, también está en la vida diaria de manera muy común. Otro caso particular es aquel de los adolescentes "emo" que si bien tampoco son un ejemplo a seguir, su pecado es ser y pensar diferente a la gente "normal y bonita".
Cuando alguien abusa de un emo, niño, niña, homosexual, tonto, americanista, loco, retrasado mental, paria, vagabundo, enfermo, depresivo, masoquista, mujer, melancólico, pelón, feo, inexperto, extranjero, narizón, torpe, o cualquier integrante de la fauna urbana, y junto a estos se encuentra un tercero que aprueba mediante comentarios o actitudes dicha agresión, entonces así como en medicina, se forma la "triada" y por tanto se fomenta la conducta cavernícola de los agresores.
Vergonzoso. Evitemos ser quienes fomentan la violencia.
miércoles, 7 de mayo de 2008
El Tren de los Momentos
Imparable, sencillamente imparable!! Jeje.jueves, 24 de abril de 2008
Una perspectiva distinta
Ahora que la polarización está en pleno y los que protestan, con buenos o malos modos son poco menos que el anticristo y merecerían que los quemen como brujas según el santo, bueno, honesto, casto y puro López-Dóriga, sería bueno echarle una revisada a un artículo de un economista y sociólogo llamado Jorge Zepeda Patterson, publicado en el periódico Universal del día 20 de abril del presente año.miércoles, 16 de abril de 2008
Informales y cobardes
No sé a cuántos de ustedes les pase o haya pasado, pero creo que una característica muy desagradable de la gente es no tener el valor para decirte las cosas que piensa, cree o quiere, de frente. Resulta entendible que no siempre sea posible definirte dentro de los aspectos antes mencionados debido a las consecuencias que puede acarrear, que en ocasiones son realmente duras, sin embargo es mejor ser francos que decir cosas a espaldas de la gente... o peor aun, no decirlas.Así que bien. Si sabes que no tendrás el valor de reconocer lo que has dicho o hecho, entonces mejor ¡abstente de siquiera intentarlo!
miércoles, 9 de abril de 2008
¡Maldita sea!
A riesgo de parecer más que un blog, el portal de quejas y lamentos, me gustaría compartir con ustedes, mis millones de lectores (el contador se multiplica por mil ¿no? je) un suceso acontecido en relación con el tema publicado la semana anterior.Es bien sabido que resulta imposible obtener absolutamente todo en la vida. Para los que me han hecho el favor de leer esta fina literatura apenas comparable con El Libro Vaquero en la cual se plasman las ideas de un humilde pero sincero servidor, recordarán que alguna vez comenté sentirme afortunado por la vida que tengo. No es presunción ni mucho menos, sólamente que no concibo ser un mártir y creer que la vida me ha dado de latigazos y tratado mal tanto como ha podido. No. La verdad es que he sido bien tratado y he recibido y "pagado" en forma digamos equitativa.
A veces, en días como hoy es inevitable cerrar los ojos, levantar la cara y apretar los puños mientras haces inhalaciones y exhalaciones profundas. A grandes rasgos, luego de terminar el Diplomado en que me encontraba y haber hecho los trámites para certificación en el área en la cual me desempeño, surgió una muy interesante oportunidad de trabajo. Todo muy bien en la entrevista en el DF, todo muy bien en la entrevista aquí. El único pero es que me quedé esperando la llamada para una segunda entrevista. Al indagar en la empresa, supe que un servidor era el candidato que más les había gustado y solo por políticas de la empresa deseaban entrevistar a algunos otros. Para no hacer más larga la historia, llamé hoy a la agencia de empleo subcontratada por la empresa y recibo noticias... el puesto dejó de estar vacante. Ya contrataron a otra persona.
Tal vez hasta ahí suene de lo más normal, todo embona: Vas y pides un empleo, te conviertes en candidato, te entrevistan y te dicen que eres el mejor y luego pues contratan a alguien más... Mmhh no sé, por salud mental deberé pensar que llegó otro mejor candidato y no que fue una extraña maniobra. Y si así fuera, ¿ya qué?
Parece esto ser muy poco como para quitar el sueño y posiblemente muchos de ustedes me dirán exagerado, pero me he preguntado ¿Qué más se requiere? Sucede como cuando quieres comprar un coche. Cuando tienes $30,000, quieres uno de $50,000; ya que reúnes los $50,000, te das cuenta que ahora necesitarías $65,000... no sé, como que tengo un poco de incomodidad, impotencia y hasta cierto coraje. Y el problema es que no hallo exactamente contra qué o contra quién... simplemente es por una oportunidad perdida. ¿Te ha pasado?
¡¡Maldita sea!!

