viernes, 15 de agosto de 2008

La raquítica cosecha

Mucho se ha hablado a últimas fechas en referencia al pobre desempeño de México en los Juegos Olímpicos de Beijing. Las opiniones varían y lo único cierto es que poco antes de que transcurra la mitad de estos juegos, la cosecha para los atletas mexicanos es de una medalla de bronce.

Y habrá que reconocer que fue un esfuerzo absolutamente individual de las clavadistas Paola Espinoza y Tatiana Ortíz, ya que por más que mucha gente quiera obtener un poco de gloria olímpica al colgarse de su medalla, nadie tiene el mérito más que ellas ante los raquíticos apoyos que reciben por parte de las autoridades respectivas.

Sin embargo queda en forma personal una "espinita"...

He leído y escuchado infinidad de comentarios llevando esta presea a grado de casi heroínas nacionales y creo que no es para tanto. Cierto, ante la pobreza de calidad de la delegación mexicana, ¡un poco de gloria sabe más que a oro! ¡A diamante! ¡A rubí!, pero no deja de parecerme que ellas fueron víctima de sus propios errores al tener en sus manos y totalmente alcanzable la medalla de plata, la cual perdieron por desconcentración y nerviosismo en el que cayeron a la "hora buena".

Lo anterior refuerza la base de que el apoyo recibido es prácticamente nulo por parte de los organismos encargados del deporte en nuestro país, sin embargo también lo es de que ellas pudieron hacer mucho más, y producto de la fragilidad de carácter, la presión hizo mella y las condujo hasta un bien ganado bronce, muy meritorio, pero que también deja la sensación de haber estado cerca de más.
El anterior caso es muy parecido el día de hoy al del competidor de Tiro con Arco, Juan René Serrano, el cual se quedó en cuarto lugar dentro de su competencia y por tanto fuera del pódium. Al final declaró que su peor enemigo en el momento decisivo fueron "los nervios".

En relación con los competidores mexicanos, muchos comunicadores y público en general se indignan cuando los atletas son criticados por declarar que a Beijing iban únicamente a "superar su récord personal"... ¿pues entonces a qué fueron hasta allá? Si solo querían superar su récord personal, ¡mejor que no viajen tan lejos! Y otra "excusa" recurrente de los defensores de oficio de atletas mexicanos en desgracia: "¿y a poco tu eres de los mejores 50 del mundo en la actividad que desempeñas?" No lo sé, seguramente no. Pero lo que sí sé es que con ese argumento se les fomenta la mediocridad. Se les enseña a quejarse sin actuar y se les solapan metas tan cortas como superar sus propias marcas... o las marcas nacionales, habiendo deportes en los que el récord mexicano es de verdadera vergüenza.

Y en cuanto a las razones comentadas por los atletas respecto a nuevamente haberse quedado en el clásico y muy mexicano "ya merito", en relación a los "nervios" durante los momentos cumbre... ahí están reconociendo que tuvieron deficiente preparación psicológica (nada nuevo). Pero también que no es falta de capacidad, de técnica, de ejecución, desconocimiento de reglas ni nada por el estilo, como mucha gente piensa, sino más bien es algo mucho más trivial y común, me atrevería a decir que detectado hace ya decenas de años... la falta de templanza y mentalidad ganadora.

jueves, 7 de agosto de 2008

¡¡Es la boda... ya los locutores, lo saben, lo saben!!

¿Así o más larga la ausencia?
Para todos mis fanáticos, pueden apagar las veladoras... pueden empezar las peregrinaciones de rodillas a la basílica... pueden dejar por fin tranquilo a San Charbel... no más llamadas por favor a Locatel... ni a hospitales, penitenciarías, comandancias de policía, morgues, antros, bares, cantinas, piqueras, toreos, tugurios, tables, moteles, auto-hoteles, ni nada que se le parezca.

Todo lo anterior por un sencillo motivo... ¡He regresado! Jeje se que los he tenido extremadamente preocupados, pero tranquilas mis queridas ovejas, el pastor sigue en pie.

Luego de la intempestiva presentación, he de anunciarles que reiniciamos la Segunda Temporada del Blog porque ya era tiempo y también por existir un tema que me animó a escribir. Y ese tema es... la boda de la niña que fue lo que podría considerar como primer amor.

Breve historia. Ambos en la misma carrera, primer semestre. Clásico. Ella no era de aquí y pues con su belleza física y forma de ser inocente al igual que yo (en ese entonces, claro!! jeje) me hizo interesarme absolutamente. Estuvimos casi todo ese semestre juntos, sufriendo ambos, ella por estar lejos de casa por primera vez y yo por... pues por solidaridad jejeje. Alguna vez incluso dentro de esos tiempos, me invitó a su casa paterna a la cual fui con un primo... la verdad es que excelente su familia. Nos trató de primera aun y cuando "formalmente" solo eramos amigos esta niña y yo (pensándolo bien, tal vez por eso nos trataron así!!).

Terminó ese semestre y me la pasé añorándola ese diciembre... hasta que en enero llegó y todo había cambiado... ya parecía más segura, más dispuesta a conocer el mundo que le rodeaba y no solo a un servidor y pues nada, que al intentar definir si podríamos ser "oficialmente" algo más que amigos, su respuesta fue un "no" intentando ser sutil, que más bien me pareció hasta infantil.

Y bueno, como ustedes imaginarán me tuve que aguantar ese y otros 6 semestres más ya que éramos compañeros de salón y no había de otra. En esos momentos pensé que sería terrible, y más cuando en tercer semestre supe (y vi) que ya tenía novio... uno o dos años mayor, también estudiante de la carrera. Fue complicado. Pero por alguna extraña razón (tal vez porque fui jefe de grupo un buen rato y este individuo me veía de argüendero en el salón de su novia) él me trataba muy bien! Cuando nos topabamos en donde fuera (incluso en la calle), ponía su mejor sonrisa Colgate y me saludaba... y con el tiempo ya incluso sumamente amistoso. Jeje sin duda esto facilitó ampliamente mi proceso de duelo y logré superarlo rápidamente casi hasta el punto de que en 4° semestre ya me daba gusto verlos juntos (mhh bueno igual en ese momento inicié con otra relación turbulenta de la que les platicaré en 2 semanas).

Transcurrió la carrera sin inconvenientes y me acostumbré a verlos, sin afectarme en realidad dicha situación hasta que nos dejamos de ver porque ella se fue a una ciudad norteña a continuar con el Internado, periodo en el cual supongo que terminó su relación con este agradable "socio" jeje.
Esporádicamente nos encontrábamos ella y yo por messenger, algún correo electrónico... en fin, todo bien y superado. Supe que durante su estancia por allá inició una relación con algún colega y hasta la fecha seguía.

Esto es que hace un par de semanas aproximadamente recibí un correo de esta chica en el que me invitaba, junto con algunos compañeros más, a su próxima Boda la cual será celebrada el día de mañana en su lugar de origen, aquel donde algún día fui con mi primo... ou mai god.

Y conociéndome, sabiendo como pienso... ¿creen sinceramente que iré, considerando que ella fue la primer persona con quien el corazón latió fuerte, con quien sufrí hombro a hombro y que incluso me bateó de una forma sutil pero salvaje (se oyó como de Animal Planet)?

Pues... ¡CLARO! Por supuesto que ahí estaré. Después de muchos años en el negocio de la vida me he podido dar cuenta de ciertas situaciones, entre ellas que por más que te agrade una persona, puede ser que ella no sienta lo mismo por ti, y no por eso está mal. Al contrario. Vale más (un buen amooooor... que mil costaaaales de ooooooroooooo!! Ajua! jaja) su apertura e intención de mantenerse cerca. Dicen que una de las fiestas que es para presumir por parte de los contrayentes, son las bodas. Pero más que eso yo quiero creer que me ha considerado una persona lo suficientemente cercana (decir importante me parece vanidad) en su vida como para hacerme partícipe de este evento trascendental en el ámbito personal.
Qué gusto (y no dicho de la manera frecuentemente hipócrita) el poder estar en ese momento cerca, junto con algunos amigos mutuos.

No sé si está bien o es inadecuado, y la verdad no es algo que me resulte importante descubrir. Finalmente creo que de eso se trata... de que si esa persona que fue importante para mí ahora tiene la posibilidad de ser feliz, qué bien! Un gusto para mí y mucho más para ella. El evento bien valen las 5 horas de camino hasta allá en un viaje relámpago de 2 días.

Así que espero leas esto mi estimada N y sepas que aunque tendré la oportunidad de hacerlo mañana, quiero desde hoy desearte un matrimonio lleno de éxitos en todos sentidos. Que tengas la oportunidad de ser muy feliz y que me siento distinguido al poder ser parte de un evento como el que habrá mañana. FELICIDADES!